Skip Navigation | Accessibility

information, advice, guidance and learning materials in community languages

El estrés postraumático
Post Traumatic Stress

Una guía de autoayuda

Estos son los pensamientos y sentimientos de dos personas que han vivido sucesos traumáticos.

“Me siento fatal, muy nervioso/a e irritable. Yo no soy así en absoluto. El accidente ocurrió hace 6 meses pero yo todavía no me siento seguro/a yendo en el carro. Tengo tanto miedo que evito viajar siempre que puedo. Me vienen a la mente imágenes del accidente que no se van, incluso por la noche mis sueños son más bien pesadillas con escenas del accidente que se repiten una y otra vez… es agotador….”

“Veo la vida de forma completamente diferente ahora. Pienso todo el tiempo ¿por qué nosotros? Me siento muy culpable pensando que podía haber hecho algo para salvar la vida de mi amigo/a quien murió. Vuelvo a revivir lo que ha sucedido continuamente y pienso "si hubiera hecho esto”, “si hubiera hecho aquello”..., me encuentro muy bajo/a de moral y deprimido/a parte del tiempo… incapaz de relajarme y muy asustado/a, creo que podría haber muerto, no puedo pensar en el futuro…, me siento impotente…”

Si usted ha pasado por una experiencia traumática puede que se haya sentido así.

Este folleto está escrito por psicólogos con el objetivo de ayudarle a comprender estas reacciones y ofrecerle algunos consejos prácticos para ayudarle a superarlo.

¿Qué sería un acontecimiento traumático?

Un acontecimiento traumático podría ser cualquier cosa que se sale de lo normal de la vida cotidiana y que afecta a alguien profundamente.

Muchas cosas podrían tener este impacto, podría ser un incendio, un accidente, un atraco o un robo, un asalto, ser testigo de un incidente traumático como una muerte. Podría ser a gran escala, como un enorme desastre que afecta a mucha gente, o un suceso personal que le afecta solo a usted, a alguno de sus amigos o a algún miembro de su familia.

¿Cómo reacciona la gente después de un acontecimiento traumático?

Estas son algunas de las reacciones que usted podría experimentar después de un acontecimiento traumático. En general las reacciones de la gente se clasificarán dentro de uno de los tres siguientes grupos:

  • Reviviendo en su mente el acontecimiento traumático.
  • Evitando cosas asociadas o relacionadas con él.
  • Sintiéndose más tenso/a, irritable o alerta de lo normal.
  • Sintiéndose deprimido/a, llorando.

Puede servirle de ayuda comprobar si está experimentando alguno de estos síntomas.

Reviviendo en su mente el acontecimiento traumático

  • Imágenes o escenas del suceso (lo que a menudo se llama flashbacks) vienen a su mente sin que usted lo quiera.
  • Tener sueños perturbadores sobre ello o sueños sobre otro tipo de cosas que le aterrorizan.
  • Sentir que está sucediendo otra vez – una sensación muy fuerte de estar reviviendo el trauma.
  • Sentirse muy afectado/a cuando se encuentra con situaciones o sentimientos que le recuerdan lo que pasó.
  • Experimentar reacciones físicas que le alteran, por ejemplo, su corazón late más rápido, mareos, etc. cuando se encuentra con recuerdos del trauma o en situaciones que se lo recuerdan.

Evitando cosas relacionadas con el acontecimiento traumático y una ausencia de reacción emocional

  • Intentar evitar pensamientos, sentimientos y conversaciones sobre el suceso.
  • Evitar actividades, lugares o gente que se lo recuerdan.
  • Ser incapaz de recordar cosas sobre lo que pasó.
  • Perder todo interés en la vida, sentirse lejano a los demás o no sentir lo mismo de siempre.
  • Sentir que no tendrá un futuro normal – puede que sienta que está viviendo un tiempo que le han prestado.

Sentirse más tenso e irritable de lo normal

  • Estar enfadado/a o irritable.
  • Ser incapaz de concentrarse.
  • No poder dormir.
  • Estar más alerta de lo normal todo el tiempo e inquietarse fácilmente.

Las reacciones del estrés postraumático pueden afectarnos al menos en cuatro campos diferentes:

  • Cómo nos sentimos.
  • La forma de pensar.
  • La forma en que funciona nuestro cuerpo.
  • La forma de comportarnos.

Podría ayudarle a comprender cómo se siente si señala los síntomas que experimenta regularmente:

¿Cómo se siente?

  • Tiene ansiedad, está nervioso/a, preocupado/a, asustado/a.
  • Siente que va a suceder algo terrible.
  • Tenso/a, tirante, al límite, inquieto/a.
  • Irreal, extraño/a, mareado/a, desapegado/a.
  • Deprimido/a.

¿Qué está sucediendo en su cuerpo?

Su corazón late muy deprisa y martillea.

  • Siente una opresión en el pecho.
  • Los músculos, están tensos/rígidos.
  • Está cansado/a, exhausto/a.
  • Le duele todo el cuerpo.
  • Está como mareado/a, como en las nubes.
  • Tiene pánico.
  • Se siente deprimido/a, bajo/a de moral, perdido/a.
  • Está enfadado/a.
  • Llora.

¿Cómo piensa?

  • Se preocupa constantemente.
  • No puede concentrarse.
  • Tiene flashbacks – imágenes del trauma que vienen a su mente.
  • Se culpa a sí mismo/a de todo o parte de lo sucedido.
  • Cree que volverá a suceder.
  • Es incapaz de tomar decisiones.
  • Siente arrepentimiento, vergüenza o resentimiento.
  • Pensamientos acelerados.
  • Está nervioso/a o inquieto/a.
  • Tiene el estómago revuelto.
  • Tiene problemas con el sueño, pesadillas.
  • Se sobresalta fácilmente.

Lo que hace

  • Camina de un lado a otro.
  • Evita pensamientos que le recuerden el trauma.
  • No puede sentarse y relajarse.
  • Evita a la gente.
  • Evita quedarse solo/a.
  • Está a la defensiva e irritable.
  • Estropea sus relaciones con otras personas.
  • Bebe/fuma más.
  • Depende demasiado de los demás.

Pensamientos que son comunes

“Ha sido culpa mía”.

“Me estoy derrumbando”.

“Me va a dar un ataque al corazón”.

“Me domina”.

“No puedo superarlo”.

“Voy a desmayarme”.

“¿Porqué tuvo que ocurrir?”.

“Nada tiene sentido”.

¿Por qué nos afecta tanto un acontecimiento traumático?

Hay muchas razones por las cuales el trauma nos impacta emocionalmente tanto.

En primer lugar, y a menudo, destruye las creencias básicas que tenemos sobre la vida: que es bastante segura y estable, que la vida para nosotros tiene una forma, un significado y un propósito en particular. Es posible que la imagen que tenemos de nosotros mismos se derrumbe, puede que en la crisis hayamos reaccionado de forma diferente a como esperábamos comportarnos o queríamos comportarnos.

En segundo lugar, el trauma normalmente ocurre de repente y sin previo aviso. No tenemos tiempo de adaptarnos a esta nueva experiencia. Normalmente, estará fuera de lo que es común para el tipo de experiencias que tenemos y nos encontramos que no sabemos lo que hacer o cómo comportarnos. Puede que haya sentido que iba a morir, puede que la gente a su alrededor haya muerto, y se encuentra en estado de shock, conmocionado/a. Ante este peligro nuestra mente se aferra fuertemente al recuerdo del suceso, seguramente como una forma natural de autoprotección para asegurarse de no volver a encontrarse en esa situación de nuevo. Como resultado de ello usted presenta las reacciones postraumáticas descritas más arriba.

¿Qué puedo hacer para ayudarme a mí mismo/a a superar el trauma?

Es muy importante que entienda que las reacciones que está teniendo son muy comunes después de un trauma, no son un síntoma de “debilidad” o de “fracaso”. Los siguientes consejos podrían ayudarle a empezar a superar las reacciones postraumáticas. Las cosas que vamos a describir aquí que podrían ayudarle son:

  • Encontrándole un sentido a lo sucedido
  • Qué hacer con los flashbacks (imágenes del trauma que vienen a su mente) y las pesadillas
  • Superando la tensión, la irritabilidad y la ira
  • Superando el escapismo
  • Superando el estado bajo de ánimos

1. Encontrándole un sentido a lo ocurrido.

Intente averiguar tanto como pueda de lo que realmente ha pasado, esto le permitirá juntar las piezas para tener una imagen más clara y un mejor entendimiento del suceso, lo que podría ayudarle en su recuperación.

Si hubo otros implicados, hable con ellos y pregúnteles su opinión sobre el suceso. Otras víctimas, los del servicio de emergencias, o las personas que pasaban por allí, toda esta gente podrían ayudarle a conseguir una imagen más amplia de lo que pasó. Los servicios de emergencia están normalmente dispuestos a ayudarle en estas circunstancias.

Meditarlo con otra gente podría servirle de ayuda. Puede sentir que esto ha alterado por completo cómo ve la vida, sería bueno que intente aclarar cómo se siente ahora y hablar de ello puede ayudarle a hacerlo.

Algunas personas hablan con un/a amigo/a, algún miembro de su familia o su pareja, otros puede que busquen unas sesiones de counselling (asesoramiento psicológico) con su médico. A otra gente le ha resultado útil escribir acerca de su experiencia.

Intente pensar durante unos minutos de qué forma usted podría encontrarle sentido a lo que ha pasado. Intente anotar algunas ideas:

  • Gente con la que hablar para averiguar más cosas.
  • Gente con la que discutirlo.
  • Cosas que podría hacer usted mismo/a, por ejemplo, escribir acerca de su experiencia.

2. Flashbacks y pesadillas

Mucha gente intenta olvidar su experiencia traumática intentando no pensar en ello. Aunque esto pueda parecer algo natural, no siempre ayuda a superar el problema. Esta gente puede encontrarse que siguen siendo perturbados por imágenes intrusivas del trauma que vienen a su mente (flashbacks) sin quererlo y por sueños desagradables o pesadillas relacionadas con el hecho.

Una de las mejores formas que se ha encontrado de reducir flashbacks y pesadillas es dedicar algún tiempo cada día a revisar y repasar los desagradables recuerdos y pesadillas.

Mucha gente se ha dado cuenta que si dedican 20 minutos relajadamente a pensar en ello, a hablar sobre ello o a anotar cosas sobre el trauma, sus flashbacks y pesadillas serán cada vez menos poderosas y menos frecuentes. Si está teniendo pesadillas sería útil hacer esto antes de irse a la cama.

Con este sistema podrá recuperar el control sobre este tipo de pensamientos, en vez de que ellos le invadan a usted. Es importante que intente concentrarse en algunas de las cosas positivas de su situación actual cuando mire atrás y recuerde el trauma que ha sufrido.

Intente alguna de las siguientes estrategias:

1. Escriba los detalles de los flashbacks (imágenes del trauma que vienen a su mente) o las pesadillas que está teniendo.

2. Busque un momento del día en el que pueda pensar sobre lo que le ha sucedido. Debería ser en un ambiente relajado y seguro.

3. Piense en las cosas positivas de su situación actual: por ejemplo, “sobreviví y estoy aquí todavía”, “tengo buenos amigos que me apoyan”, “ahora puedo empezar a planear un nuevo futuro”.

3. Superando la tensión, la irritabilidad y la ira

La tensión, la irritabilidad y la ira son factores comunes en una reacción postraumática. Puede que también se den síntomas físicos, incluyendo la falta de respiración, el corazón latiendo fuerte, respiración apresurada, mareo y tensión muscular. Pruebe las siguientes formas de reducir los síntomas físicos.

Para disminuir la gravedad de los síntomas físicos sería mejor “cortar por lo sano”, dándose cuenta cuando aparecen los primeros síntomas de tensión.

Una vez que haya detectado los primeros síntomas de tensión puede prevenir la ansiedad siendo estricto en la práctica de técnicas de relajación. Algunas personas pueden relajarse haciendo ejercicio, escuchando música, viendo la tele, o leyendo un libro.

Para otros es mejor tener una serie de ejercicios a seguir. Para alguna gente las clases de relajación o yoga serían lo más útil, para otras los casetes son mejor. Usted puede conseguir un casete de relajación en su médico de familia (GP), y también existe una gran variedad de casetes en las tiendas.

La relajación es una habilidad como cualquier otra que necesita aprenderse y que lleva su tiempo. El siguiente ejercicio enseña relajación muscular profunda, y a mucha gente le resulta muy útil para reducir los niveles de tensión y ansiedad en general.

Relajación muscular profunda – es mejor leer las instrucciones primero y aprenderlas con el tiempo. Empiece por elegir un lugar tranquilo, cálido y cómodo donde no le van a molestar. Para empezar, elija un momento del día en el que usted se siente más relajado/a. Acuéstese, póngase cómodo/a y cierre los ojos. Concéntrese en la respiración unos minutos, respirando despacio y tranquilo: dentro, dos-tres y fuera, dos-tres. Dígase a sí mismo/a palabras como “tranquilo/a” o “relájate” cuando esté expirando. El ejercicio de relajación recorre diferentes grupos de músculos, enseñándole primero a tensar y después a relajar. Usted debería inspirar cuando tense los músculos y expirar cuando los relaje. Empezando por las manos, cierre una apretando fuerte. Piense en la tensión que esto provoca en los músculos de la mano y en el antebrazo.

Estudie la tensión durante unos segundos y entonces relaje la mano. Aprecie la diferencia entre la tensión y la relajación. Puede que sienta un ligero cosquilleo, esto es la relajación empezando a desarrollarse.

Haga lo mismo con la otra mano.

Cada vez que relaje un grupo de músculos piense en cómo se siente cuando están relajados. No intente relajarse, simplemente abandone la tensión. Deje que sus músculos se relajen tanto como pueda. Piense en la diferencia que nota cuando están relajados y cuando están tensos. Ahora haga lo mismo con los otros músculos de su cuerpo. Ténselos durante unos segundos y entonces relájelos. Observe como se siente y entonces relaje la tensión.

Es mejor mantener el mismo orden cuando vaya trabajando los diferentes grupos de músculos:

  • Manos – ciérrelas primero, y después relájelas.
  • Brazos – doble los codos y tense los brazos. Note la tensión, especialmente en la parte superior de los brazos. Recuerde, haga esto durante unos segundos y entonces relájelos.
  • Cuello – eche la cabeza hacia atrás y muévala de lado a lado lentamente. Note cómo se desplaza la tensión. Entonces eche la cabeza hacia delante hasta estar en una posición cómoda.
  • Cara – hay varios músculos aquí, pero es suficiente con que se concentre en la frente y la mandíbula. Primero baje las cejas, como frunciendo el entrecejo. Relaje la frente. También puede alzar las cejas y relajarlas después. Ahora apriete la mandíbula, note la diferencia cuando la relaja.
  • Pecho – respire profundamente, mantenga la respiración unos segundos y aprecie la tensión, entonces relájela. Deje que su respiración vuelva a la normalidad.
  • Estómago – tense los músculos de su estómago tanto como pueda y relájelos.
  • Nalgas – apriete las nalgas y relájelas.
  • Piernas - estire las piernas y estire los pies moviendo los dedos hacia la cara. Termine moviendo los dedos de los pies.

Podría servirle de ayuda si un amigo/a lee las instrucciones. No se esfuerce de más, simplemente deje que ocurra.

Para sacar mejor provecho de la relajación usted necesita:

  • Practicar diariamente.
  • Empezar a usar la relajación en situaciones cotidianas.
  • Aprender a relajarse sin tener que tensar los músculos.
  • Usar algunas partes de la relajación para que le ayude en las situaciones difíciles, por ejemplo, la respiración lenta.
  • Conseguir un estilo de vida más relajado.

Estos ejercicios de relajación podrían estar disponibles en la consulta de su médico de familia (GP).

Recuerde, la relajación es una habilidad como cualquier otra y se tarda en aprenderla. Escriba en un papel cuánta ansiedad siente antes y después de cada relajación, puntuando la ansiedad del 1 al 10.

Respiración controlada

Es muy común respirar demasiado deprisa cuando alguien está nervioso, enfadado o irritado. Esto quiere decir que se producen algunos cambios en su respiración. Puede que empiecen a tragar aire con dificultad, pensando que se van a asfixiar, o puede que empiecen a respirar muy deprisa. Esto hace que se mareen y de esta manera se pongan más nerviosos todavía.

Intente darse cuenta si está haciendo esto y respire más despacio. Consiga un ritmo regular de “dentro, dos-tres y fuera, dos-tres”, y pronto volverá a respirar normalmente. A algunas personas les ayuda utilizar la aguja pequeña del reloj para controlar la respiración. Para otros respirar dentro de una bolsa de papel, o ahuecar las manos y respirar dentro es de gran ayuda. Para que esto sirva debe cubrir la nariz y la boca con las manos.

Se necesitan por lo menos tres minutos de respiración pausada o dentro de la bolsa para que su respiración vuelva a ser normal.

Distracciones

Si deja de pensar en los síntomas se dará cuenta que muchas veces estos desaparecen. Pruebe a mirar a su alrededor. Fíjese en los detalles de las cosas, las matrículas de los carros, qué tipo de zapatos lleva la gente, las conversaciones. Una vez más, usted necesita distraerse durante tres minutos mínimo para que los síntomas empiecen a desaparecer.

Si bien las técnicas de relajación, los ejercicios de respiración y las distracciones pueden ayudar a reducir la ansiedad, es sumamente importante darse cuenta que la ansiedad no es perjudicial o peligrosa. Incluso si no usamos estas técnicas nada horrible pasaría. La ansiedad no puede hacernos daño, pero puede resultar incómoda. Estas técnicas pueden ayudar a reducir estas molestias.

Ira

Sería bueno que hablara de sus sentimientos de ira con aquellas personas que hay a su alrededor. Su ira no va directamente contra ellos, pero a veces puede que “la pague” con ellos. Hágales saber que su ira se debe a lo que le ha pasado. Pídales paciencia hasta que la ira y la irritabilidad pasen, dígales que “no es personal”.

4. Superando el escapismo

El escapismo después de una experiencia traumática puede presentarse de diferentes maneras. Puede incluir evitar hablar sobre el trauma, intentar evitar que le afecte, también podría ser que usted evite cualquier cosa, persona o situación que se lo recuerde. Este escapismo le impide “seguir adelante” y dejar atrás el trauma, y en algunos casos puede impedir que continúe su vida de forma normal.

Intente darse cuenta qué cosas está evitando, podría ayudarle si lo escribe.

Póngase a sí mismo/a metas muy pequeñas para afrontar estos miedos. Es lo que llamamos una “escala de ansiedad”. Aquellas situaciones que solo tememos un poquito están abajo y nuestras más temidas situaciones arriba.

Para ayudarle mire este ejemplo.

A Mary le apuntaron con una pistola cuando trabajaba de cajera en un banco. Ya no puede entrar en locales pequeños en lugares públicos, evita todos los programas de televisión y los periódicos en los que pueda haber noticias sobre sucesos violentos. Ella hizo la siguiente escala de ansiedad:

Lo menos temido:

1. Leer las noticias que informan sobre el suceso.

2. Ver las noticias de las 6.

3. Ver el programa ‘Crime Watch‘ (programa televisivo sobre crímenes).

4. Estar en la puerta de un banco.

5. Entrar en la oficina de un banco local.

6. Entrar en un banco de una zona céntrica donde hay mucha gente.

7. Ir al banco donde tuvo lugar el suceso.

Lo más temido

Ella empezará por el primer escalón y gradualmente trabajará hasta llegar al escalón 7. Comprobará que su ansiedad irá disminuyendo conforme vaya afrontando cada nuevo escalón y empezará a superar su escapismo.

Recuerde, puede que sienta mucha ansiedad al principio, pero si es capaz de permanecer en una situación temida usted empezará a sentirse cada vez más relajado/a.

5. Superando el estado bajo de ánimos después de un acontecimiento traumático

A menudo, la gente experimenta estados bajos de ánimo después de un trauma. Esto puede ocasionar, a veces, sentimientos de poca autoestima, menor seguridad en sí mismo/a, impotencia y culpabilidad.

Es importante que no deje ningún sentimiento depresivo o negativo sin desafiar. Después de un acontecimiento traumático la gente tiende a pensar y esperar lo peor de uno mismo, de sus vidas y su futuro. No acepte estos pensamientos sin más. Intente:

  • Darse cuenta cuando su estado de ánimo es muy bajo.
  • Anotar los pensamientos desagradables que está teniendo en esos momentos.
  • Combatir esos pensamientos escribiendo argumentos contra ellos. Imagine qué le diría a sus amigos si ellos tuvieran esos pensamientos tan negativos sobre sí mismos. Esto es especialmente importante si usted se siente culpable.

Podría serle útil escribir un diario de las cosas que ha disfrutado o de los logros que ha conseguido durante la semana. Esto puede ayudar a que se concentre en las cosas buenas de su vida en vez de las malas.

Haga algo dinámico

La actividad física es especialmente beneficiosa. Camine, corra, monte en bicicleta, salte: cualquier cosa que aumente su actividad puede ayudarle a sentirse mejor. Planee 15 ó 20 minutos de actividad cada día, o un día sí y otro no, para empezar. Este tipo de actividad física puede en realidad hacer que empiece a sentirse menos cansado/a, y puede subirle el ánimo.

Encuentre algo que le gusta y dedíquele algún tiempo. Intente enfocarse en cosas que normalmente disfruta y dedique cada día más tiempo en estas actividades. Puede que le sirva de ayuda encontrar un nuevo entretenimiento. A alguna gente las actividades creativas le ayudan a expresar sus sentimientos, cosas como pintar, escribir poesía o tocar algún instrumento, pueden hacerles sentirse mejor.

Cuídese

Resista la tentación de superar su estado bajo de ánimos bebiendo alcohol, abusando de la medicación o cayendo en drogas ilegales. Estas cosas podrían darle alguna gratificación inmediata, pero muy pronto le crearán más problemas de salud y psicológicos con los que luchar. Coma bien: una buena dieta puede ayudarle a mantener una buena salud de manera que su recuperación sea más fácil.

Intente “mimarse” y darse el capricho con cosas que normalmente disfruta.

6. ¿Cuándo debería pedir más ayuda?

Esperamos que los consejos que aparecen en este folleto le sirvan de ayuda. La angustia que se siente después de un acontecimiento traumático suele desvanecerse con el tiempo. Sin embargo, si usted siente que no está avanzando mucho existe otro tipo de ayuda para superar sus problemas. Tenga esto en cuenta especialmente si su rendimiento en el trabajo o sus relaciones están viéndose afectadas de forma negativa, siente que no puede más, o ha pensado alguna vez en autolesionarse. También sería bueno que buscara ayuda si no se siente mejor después de algunos meses.

7. ¿Dónde puedo encontrar ayuda?

La mejor persona con la que puede hablar en un primer momento es su médico de familia (GP). Él o ella tendrán información sobre los servicios locales que podrían serle útiles. La enfermera o la visitadora de la salud infantil (health visitor) también podrán ayudarle.

Victim support es una organización que ofrece asistencia y ayuda práctica a las personas que han sufrido un trauma.

La línea de Victim Support: 0845 3030900

[email protected]

Las siguientes organizaciones y líneas de asistencia podrían serle útiles:

  • CRUSE Bereavement Line – línea de asistencia para las personas que han perdido a alguien y para aquellos que están cuidando de alguien que está en esta situación. Tel: 0870 1671677
  • Disability - DIAL – UK, red de información sobre todo tipo de discapacidades y un servicio de asesoramiento llevado a cabo por personas con experiencia directa de lo que es estar discapacitado/a. Tel: 01302-310123.
  • Domestic Violence - Refuge – línea de asistencia las 24 horas del día que ofrece asesoramiento práctico y apoyo emocional a mujeres que están sufriendo malos tratos. Tel: 0870 5995443
  • Claims Line Direct – para gente que ha resultado herida en un accidente. Le pondrá en contacto con abogados en su zona si lo necesitara. Teléfono gratuito: Tel: 08700 667545.
  • Línea de información de la organización Mind: 08457 660163.
  • NHS Direct – Línea de asistencia/información telefónica. Hable con un/a enfermero/a de forma confidencial. Llamadas a coste local, tel: 08 45 46 47.
  • Violación y abuso sexual. Rape Crisis Centre – línea de asistencia para mujeres y jóvenes que han sido violadas o han sufrido abusos sexuales. Tel: 0207-8371600.
  • Relate – le ayudan si tiene problemas matrimoniales o en sus relaciones. Tel: 0845 1304010 (costo de llamada local)
  • Samaritans. Tel: 08457-909090. Apoyo de forma confidencial para cualquier persona que esté pasando una crisis.

8. Algunos libros buenos que quizás quiera comprar o sacar de la biblioteca

  • Herbert, C., Wetmore, A (1997) Overcoming Traumatic Stress. Robinson London.
  • David Burns (1980). Feeling Good, the New Mood Therapy. New American Library. New York.
  • Gilbert, Paul (1997) Overcoming Depression. Robinson London
  • Hodgkinson, P.E., and Steward, M. (1991). Coping with Catastrophe. Routledge.
  • Kinchin, D. (1994). Post Traumatic Stress Disorder – A Practical Guide to Recovery. Thorsons.
  • Matsakis, A. (1992). I can’t get over it - A handbook for trauma survivors. Harbinger.
  • Parkinson, F. (1993). Post Trauma Stress.

Gracias a la organización Victim Support en Northumberland por sus comentarios y sus consejos útiles para la elaboración de este folleto.

This document was provided by Newcastle, North Tyneside and Northumberland Mental Health NHS Trust. www.nnt.nhs.uk/mh.