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La lesión de médula espinal – Los primeros días
Spinal Cord Injury – Early days

Las primeras semanas después de una lesión de médula espinal nadie puede realmente decirle acerca del grado de gravedad de la lesión. La dificultad está en que algo llamado Shock Espinal tiene lugar inmediatamente después de la lesión, lo que afecta a todo el sistema nervioso y a la comunicación entre la médula espinal y el resto del cuerpo, desconectando temporalmente todo lo que hay debajo del nivel de la lesión.

Algunos pacientes pueden recuperar gran parte de las sensaciones y el movimiento una vez que la fase del shock espinal acaba, otros no. No existe ningún tipo de prueba que se pueda realizar durante esta fase para predecir el grado de recuperación, de manera que, si usted está frustrado por la incapacidad de los médicos y enfermeras de darle respuestas concretas, por favor trate de comprender que es verdaderamente imposible dar información definitiva en estos primeros momentos. Ellos no quieren que usted sea demasiado optimista sobre el futuro, pero al mismo tiempo, no quieren que pierda la esperanza.

Una vez que termina la fase del shock espinal es posible examinar las verdaderas repercusiones de la lesión y se puede hacer una predicción más segura de lo que usted va a ser capaz de hacer en el futuro. Una evaluación cuidadosa del movimiento y la sensibilidad que queda en todo el cuerpo es necesaria para determinar las posibles consecuencias de la lesión en cada individuo.

Con lesiones de nivel alto, lesión en el cuello o en la parte superior de la espalda, es probable que las consecuencias sean más graves que con las lesiones de nivel bajo, sea cual sea la extensión del daño causado, por ejemplo, es muy probable que estén afectados los brazos además de las piernas. Aún así, algunas personas pueden recuperar parte de la sensibilidad y el movimiento en las piernas y brazos si la médula espinal solo ha sido dañada parcialmente (incompletamente). Para algunas lesiones de nivel más alto se necesitará asistencia para la respiración.

En el caso de lesiones de nivel bajo, lesión en el pecho y parte inferior de la espalda, las piernas y no los brazos estarán afectados. Una vez más, algunas personas podrían recuperar parte de la sensibilidad o el movimiento en las piernas, dependiendo de la extensión de la lesión. Conservar el uso total de las manos y los brazos hace que las tareas cotidianas sean más fáciles de realizar. De manera que, muchas de las personas lesionadas serán capaces de llevar una vida independiente una vez que hayan terminado las fases de curación y rehabilitación.

Aparte de los efectos más obvios de la lesión medular – la dificultad de mover y sentir cosas por debajo del nivel de la lesión – hay una variedad de complicaciones adicionales a las que la persona lesionada debe acostumbrarse. Quizás una de las más difíciles de aceptar es la incapacidad de controlar las funciones de la vejiga y los intestinos. Durante la fase inicial de shock espinal, puede que pierda el control totalmente, en las próximas semanas y meses puede recuperar parte del control, dependiendo del nivel y la gravedad de la lesión. Con el entrenamiento adecuado y mucha motivación puede aprender nuevas formas de realizar estas funciones y ponerlas en práctica. Es posible que las personas con lesiones de nivel bajo o lesiones incompletas retengan la sensación y movilidad suficiente para realizar estas tareas sin ayuda, mientras que para aquellos cuya movilidad en las manos y brazos permanece limitada o ausente sería necesario que una persona les ayude a realizar estas tareas.

Rehabilitación

La rehabilitación es un proceso continuo que empieza tan pronto como sea posible después de la lesión. Su finalidad es recuperar la mayor independencia posible a largo plazo. El proceso de rehabilitación consta de un gran número de actividades, las cuales pueden requerir personal médico y enfermeras para prevenir complicaciones a largo plazo, y fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales que desarrollen programas de ejercicios personalizados, entrenamiento práctico y la provisión e instalación de dispositivos de ayuda personales que pudieran ser útiles.

Los programas de movimientos activos y pasivos comienzan tan pronto como sea posible después de la lesión para evitar así la rigidez en los miembros y articulaciones, cosa que podría limitar la capacidad de realizar tareas básicas pero importantes en el futuro, como comer, lavarse, vestirse y moverse de la cama a la silla de ruedas. A medida que el proceso de rehabilitación continúa, a cada persona lesionada se le enseñan técnicas y actividades ajustadas a su propia capacidad para ayudarles a realizar mejor las tareas que van a tener que hacer en su vida diaria.

Sea cual sea el nivel de la lesión, sea cual sea el músculo que todavía funciona, aunque sea vagamente, aumentar su fuerza a través de un programa de ejercicios puede llevarles muy lejos a la hora de conseguir una vida más independiente. Al principio, el dolor de la lesión inicial puede limitar la actividad, pero a medida que la fase de curación continúa la capacidad de hacer ejercicio de la persona debería mejorar notablemente.

Recuperar la independencia de la persona lesionada de esta forma estimula el desarrollo de una vida social activa y ayuda a crear una actitud positiva ante la vida. Esto beneficia no solo a la persona lesionada sino también a los miembros de su círculo social, incluyendo a la familia, los amigos, colegas y los profesionales sanitarios que siguen siendo parte de sus vidas.

Su tarea

Cualquiera que sea la lesión, todo individuo lesionado progresará después. Cuanto progresará depende de ellos y de los que le rodean tanto como de la lesión. Incluso si alguien pierde la capacidad de andar, todavía tiene la capacidad de pensar, planear, cuidarse, amar, divertirse, trabajar y desear lo mejor en la vida. Los avances tecnológicos hacen posible que cada vez haya más oportunidades para las personas lesionadas, y la mayoría consigue llevar una vida satisfactoria y activa.

Tener una familia y unos amigos que le apoyan puede hacer mucho bien, especialmente si toman parte activa en los programas terapéuticos. La familia y los amigos deben mantener su apoyo durante los difíciles meses o incluso años que vienen después de la lesión, mientras que sus seres queridos pasan por las diferentes fases que conlleva el aceptar su nueva situación.

Pasar por periodos de depresión e ira puede disminuir la motivación que la persona lesionada va a necesitar. Estos sentimientos son parte de la reacción normal ante una lesión tan grave y, a menudo, se necesitan los esfuerzos de la familia, los amigos, las enfermeras y demás personal medico para ayudarles a superar estos momentos tan difíciles, y llegar a un estado mental más positivo e independiente.

Además de los cambios que su amigo o familiar lesionado tiene que afrontar, usted mismo necesitará adaptarse a muchos cambios, quizás tenga que convertirse en la persona que lo cuide o tenga que ayudar más a la familia económicamente. Este proceso de adaptación es más o menos igual para usted y para su ser querido. Usted puede contribuir a hacerlo lo más fácil posible reemplazando las ideas y creencias poco realistas por información basada en hechos.